Un texto de Pietro Bovati

En nuestra colaboración anterior, sobre un texto del destacado jurista italiano Gustavo Zagrebelsky, hice hincapié en su apertura a la reflexión bíblica. El libro en que basa la reflexión a la que hicimos alusión es de su paisano, el Padre Pietro Bovati, sacerdote jesuita: “Ristabilire la giustizia. Procedure, Vocabolario, orientamenti” (Editrice Pontificio Istituto Biblico, Roma 1986). Es su tesis doctoral en el Instituto Pontificio Bíblico de Roma y que defendió en 1985; la dirigió otro insigne biblista: el P. Luis alonso Schökel, S. J. Cosa poco frecuente en una Tesis es que se reeditó en 1997 y se hizo una traducción al inglés (Re-Establishing Justice. Legal Terms, Concepts and Procedures in the Hebrew Bible, JSOT.S 105, Sheffield Academic Press, Sheffield 1994).

La reflexión de Bovati sobre el ryb (litigio) como un medio en la antigüedad en Israel para Restablecer la justicia (título del libro en comento) llega a su culmen con el fin de la controversia, y que supone entre otras cosas el perdón, la paz y el restablecimiento de la alianza (cfr. Gn 26, 28.31). Después del litigio se renueva la alianza, misma que se funda en un recíproco juramento de fidelidad (cfr. Gn 21, 31; 26, 31; 31, 53; etc.) y se puede realizar una comida juntos: el ofensor perdonado y el ofendido misericordioso (cfr. Gn 26, 30-31; 2 Sam 3, 20); también es común que se realice un sacrificio (Jue 2, 5; 2 Sam 24, 25) o se hagan otros signos de la decisión común (cfr. Gn 21, 27ss). En estos banquetes sagrados que sellan una alianza como fruto del pedir perdón y que este se otorga, se significa una comunión entre los contrayentes de la alianza que va mucho más allá de un acuerdo ocasional o de una simple tregua en las hostilidades. La verdadera y única paz, creemos los cristianos, es un don de Dios, fruto de la Nueva y Eterna Alianza, que ni la más grande de las miserias humanas puede obstaculizar la voluntad de misericordia realizada en Jesucristo, el único justo. Esta es una de las propuestas en el texto de Bovati.

“Éstos se llamaban matadores o sicarios, porque en el medio de la ciudad, y a mediodía, solían hacer matanzas de unos y otros. Mezclábanse, principalmente los días de las fiestas, entre el pueblo, trayendo encubiertas sus armas o puñales, y con ellos mataban a sus enemigos”. La hoy tristemente común palabra sicario deriva del latín sica, era un puñal o daga curva con filo por ambos lados; era usada por hebreos que al interior del movimiento de los zelotas buscaban la liberación de Palestina del yugo romano en los años 60 después de Cristo. Y el texto arriba citado no se refiere al triste y reprobable suceso de Boston, es un texto de Flavio Josefo en su conocido texto “La Guerra de los judíos” (2, 254s) escrito en el primer siglo de nuestra era. Fue del aeropuerto Logan de Boston, a las 8:45 horas de aquel trágico 11 de septiembre de 2001 de donde partió un Boeing 767 de American Airlines rumbo a Los Ángeles, con 81 pasajeros y 11 miembros de la tripulación.

Se han calificado de “actos terroristas” dichos acontecimientos, lo cierto es que son el reflejo de viejos rencores y conflictos globales que sólo evidencian la urgencia de una paz verdadera, que supone la justicia y el perdón en esta perspectiva del ryb a la que se refiere Bovati.

En estos días de la Pascua sigue siendo urgente el saludo del Resucitado: “La paz esté con ustedes”.

Pbro. Filiberto Cruz Reyes

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