El próximo Sínodo de los Obispos

El día 5 de noviembre del presente fue presentado el Documento preparatorio del Sínodo de los Obispos para su III Asamblea General Extraordinaria, con el tema “Los desafíos pastorales sobre la familia en el contexto de la evangelización[1]. El Sínodo se desarrollará en Roma y de acuerdo al documento citado «el Santo Padre ha decidido establecer para el Sínodo de los Obispos un itinerario de trabajo en dos etapas: la primera, la Asamblea General Extraordinaria del 2014, ordenada a delinear el “status quaestionis” y a recoger testimonios y propuestas de los Obispos para anunciar y vivir de manera creíble el Evangelio de la familia; la segunda, la Asamblea General Ordinaria del 2015, para buscar líneas operativas para la pastoral de la persona humana y de la familia.» (n. I, a).

Cuando aquél miércoles 13 de marzo del presente, día en que el Papa Francisco fue elegido como sucesor de Pedro, se asomó al balcón y pronunció su célebre: “Hermanos y hermanas, buenas tardes”, y en seguida agregaba: “Sabéis que el deber del cónclave era dar un Obispo a Roma […] La comunidad diocesana de Roma tiene a su Obispo […] Y ahora, comenzamos este camino: Obispo y pueblo. Este camino de la Iglesia de Roma, que es la que preside en la caridad a todas las Iglesias […]”, estaba expresando de manera sencilla una profunda teología del Concilio Vaticano II, teología que enfatiza la comunión jerárquica: un solo Colegio episcopal cuida de la Una Iglesia de Cristo que subsiste en la Iglesia católica, por eso el documento preparatorio habla de “el episcopado mundial, cum et sub Petro (con y bajo Pedro, es decir de los obispos en plena comunión jerárquica con el sucesor de Pedro)”.

Casi al terminar el Concilio Vaticano II, durante la 4ª Sesión, y a petición de los mismos padres conciliares el Papa Pablo VI con la Carta Apostólica “Apostolica Sollicitudo[2] (15 de septiembre de 1965) instituía el Sínodo de los Obispos, para que se llevara a cabo lo que el mismo Concilio había enseñado: “Los Obispos elegidos de entre las diversas regiones del mundo, en la forma y disposición que el Romano Pontífice ha establecido o tengan a bien establecer en lo sucesivo, prestan al Supremo Pastor de la Iglesia una ayuda más eficaz constituyendo un consejo que se designa con el nombre de sínodo episcopal, el cual, puesto que obra en nombre de todo el episcopado católico, manifiesta, al mismo tiempo, que todos los Obispos en comunión jerárquica son partícipes de la solicitud de toda la Iglesia (CD 5).

Será el primer Sínodo que convoca Francisco, el tema central la familia, y “entre las numerosas nuevas situaciones, que exigen la atención y el compromiso pastoral de la Iglesia, bastará recordar […] nuevas interpretaciones de los derechos humanos” (I b), situación esta que implica necesariamente el concepto de persona, por eso mismo en la parte del Cuestionario, el n. 8 se intitula. “Sobre la relación que existe entre la familia y la persona”.

Me parece que este tema será abordado no sólo desde una perspectiva teológica, sino desde una matiz filosófica, que se hace necesaria para iluminar la realidad de la persona y, la familia, que es su entorno natural y dupla indivisible; pues como afirmaba Buttiglione en una de sus obras: “Creemos que este ensayo puede ser útil para comprender que en la defensa de la familia no está en juego una institución, por benemérita que sea, sino el proceso de construir y lograr la completa madurez de la persona humana. Así podemos leer la actual actitud negativa respecto de la familia como el esfuerzo del hombre por olvidarse de sí mismo y, de esta forma, emanciparse del trabajo de la construcción de la propia libertad y madurez” (Buttiglione, Rocco; El hombre y la familia. IMDOSOC, México 2008, p. 24). El ambiente que campea es en gran medida el mismo que impidió que el citado autor llegara a ser Comisario de la Comisión Europea por afirmar sus convicciones respecto a la persona y la familia. Frente a esto cabe recordar lo que el Papa Francisco acaba de decir al presidente de Italia en su encuentro con él: “Le agradezco tanto, Señor Presidente, por la oportunidad de este encuentro familiar. Detrás de la función pública está siempre la familia”.

Filiberto Cruz Reyes

[1]http://press.vatican.va/content/dam/salastampa/it/bollettino/documentazione-linkata/Documento-preparatorio-IIIAssGenStraord_%20SPA.pdf

[2]http://www.vatican.va/holy_father/paul_vi/motu_proprio/documents/hf_p-vi_motu-proprio_19650915_apostolica-sollicitudo_sp.html

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