Durante los días 20 y 21 de Febrero del presente 2014 se realizó un Consistorio Extraordinario de Cardenales en Roma en torno al Papa Francisco. La legislación actual de la Iglesia afirma:
- 353 §1. Los Cardenales ayudan todos ellos colegialmente al Pastor supremo de la Iglesia, sobre todo en los Consistorios, en los que se reúnen por mandato del Romano Pontífice y bajo su presidencia; hay Consistorios ordinarios y extraordinarios.
- §3. Al Consistorio extraordinario, que se celebra cuando lo aconsejan especiales necesidades de la Iglesia o la gravedad de los asuntos que han de tratarse, se convoca a todos los Cardenales.
Los temas que esta vez debatieron los Cardenales fueron principalmente “la concepción de la familia según la perspectiva antropológica cristiana y su valoración en el contexto de la cultura secularizada que posee una concepción diversa de la familia, de la sexualidad y de la persona y en la que el enfoque cristiano se encuentra a veces en dificultad”, “los divorciados que se han vuelto a casar desde el punto de vista jurídico canónico y se habló de los procedimientos de nulidad para mejorarlos y simplificarlos. Sobre la admisión a los sacramentos de los divorciados que se han vuelto a casar”, “la pastoral familiar, así como la emigración o la ignorancia religiosa, según afirmó en un comunicado el P. Federico Lombardi, SJ, director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede.
El Papa Pío IX le había manifestado su deseo de crearlo Cardenal, y se decía que también lo quería como su Secretario de Estado por su talento y rectitud. De familia noble el Padre Antonio Rosmini (1797-1855) y de inmenso amor a la Iglesia, propuso una reflexión sobre cinco cuestiones que él consideraba que en su momento eran como otras tantas llagas que herían a la Iglesia, en relación a las cinco llagas de Cristo: 1) La división entre pueblo y clero en el culto público de la Iglesia, 2) la insuficiente educación del clero, 3) la desunión de los Obispos, 4) el nombramiento de los Obispos dejado en manos del poder laical y 5) la servidumbre de los bienes eclesiásticos. Su obra “Las cinco llagas de la Santa Iglesia” escrita en 1832 fue el motivo para que sus numerosos enemigos, que le habían ganado su personalidad e influencia, le acusaran de doctrina herética, de modo que en mayo de 1849 el mismo Papa Pío IX confirmaba la inclusión de su obra en el Índice de libros prohibidos. De este modo por intrigas palaciegas se le impidió toda comunicación con el Papa. Alejado de Roma por personajes nefastos sin embargo, fue consultado por el mismo Papa sobre la conveniencia o no de proclamar el dogma de la Inmaculada Concepción de María, cosa que final y felizmente ocurrió el día 8 de diciembre de 1854. Rosmini moría el 1º de Julio de 1855, día dedicado a la Preciosa Sangre de Cristo, luego de un haber sufrido un envenenamiento, y aun que supo quiénes habían sido los autores nunca lo dijo (Sgarbosa, Mario; Antonio Rosmini. Genio filosofico , profeta scomodo. Città Nuova. Roma 1996, pp. 188-1994). Antiguamente había un rito al crear a los Cardenales: el abrir y cerrar de la boca para significar el silencio que deben observar y la prudencia y sabiduría al manifestar su sincera opinión cuando les es requerida. Formalmente Rosmini no fue Cardenal, pero sí en lo más profundo de su ser: nunca dijo quién atentó contra su vida en señal de perdón a quien le había lastimado y su inmensa fidelidad al Papa y a la Iglesia, hasta ofrecer de algún modo su propia sangre, lo que representa el púrpura de los Cardenales. El día de ayer fueron creados nuevos Cardenales por el Papa Francisco, mismos que son llamados a colaborar con él en esta ardua tarea de reforma de la Iglesia, reforma que inicia por una conversión personal.
En mayo de 1966 la Congregación para la Doctrina de la fe autorizaba la edición de la obra de Rosmini y Benedicto XVI lo declaró beato en 2007.
Filiberto Cruz Reyes