Afirma el Derechos de la Iglesia Católica que: “Queda vacante una sede episcopal por fallecimiento del Obispo, renuncia aceptada por el Romano Pontífice, traslado y privación intimada al Obispo” (c. 416).
También ordena la norma eclesial que: “A partir del momento en que reciba noticia cierta de su traslado, el Obispo debe dirigirse a la diócesis ad quam antes de dos meses, y tomar posesión canónica de ella, y la diócesis a qua queda vacante en el momento en que toma posesión de la nueva” (c. 418 § 1).

La Iglesia también indica en quien recae el gobierno de la Diócesis mientras ésta está vacaante: “Al quedar vacante la sede y hasta la constitución del Administrador diocesano, el gobierno de la diócesis pasa al Obispo auxiliar o, si son varios, al más antiguo de ellos por el orden de su promoción, y, donde no haya Obispo auxiliar, al colegio de consultores, a no ser que la Santa Sede hubiera establecido otra cosa. Quien de ese modo se hace cargo del gobierno de la diócesis, debe convocar sin demora al colegio que sea competente para designar Administrador diocesano” (c. 419).
Postriormente se indica cuándo termina el gobierno de la Diócesis por parte del Administrador Diocesano: “El Administrador diocesano cesa en su cargo cuando el nuevo Obispo toma posesión de la diócesis” (430 § 1).
Este proceso lo vivió nuestra amada Diócesis de Querétaro: al darse a conocer la noticia de que el Romano Pontífice había traslado al IX Obispo de Querétaro y no haber dado alguna otra indicación, el colegio de consultores discirnió y fueron en busca del Obispo emérito de Querétaro, para pedirle que asumiera asumiera el gobierno de la Diócesis de Querétaro, a lo que él accedió. Meses después, El Romano Pontífice dio la noticia que había nombrado X Obispo de Querétaro a Mons. Fidencio López Plaza, al momento Obispo de San Andrés Tuxtla, Ver. Y Un día como hoy, 19 de octubre de 2020, año de la pandemia, tomó posesión de la Diócesis en la Catedral de Querétaro: El cupo de asistencia fue limitado por motivos de la pandemia y la distancia social.
En menos de cuatro años que lleva entre nosotros nos ha marcado claramente el rumbo que debe serguir nuestro caminar eclesial a través de dos Cartas Pastorales: La primera intitulada “Ante las crisis y pandemias de ayer, hoy y siempre «El mejor servicio al hermano es la evangelización»” (7 de febrero de 2022) y la segunda, que lleva por título: “«Llamó a los que él quizo para estar con Él» (cfr. Mc 3, 13-14). Hacia una estructura de la pastoral diocesana más sinodal y en salida misionera” (2024).
Traigo para recordar un texto que hace cuatro años escribí:
Padre Fide-Mons. Fidencio
“Los relatos nos enseñan; plasman nuestras convicciones y nuestros comportamientos; nos pueden ayudar a entender y a decir quiénes somos”. Así nos dice el Papa Francisco en su mensaje de este año con motivo de la Jornada Mundial de las Comunicaciones. Por eso quisiera recordar un jueves 19 de Octubre de 1989.
Ingresé al Seminario Mayor a la etapa de filosofía en agosto de 1988, luego de haber transcurrido el ciclo escolar anterior en el Curso introductorio, que entonces se realizaba en Celaya. La experiencia de trabajo pastoral era los fines de semana, de viernes por la tarde y el regreso el domingo por la noche para la cena, Hora santa y oración de Completas. Ese año fui asignado desde el trabajo en verano para participar junto con un grupo de compañeros seminarista y otros laicos en el Secretariado de Evangelización y Catequesis (SEDEC), que presidía el Padre Fidencio López Plaza, llamado con afecto por todos como Padre Fide. Él llevaba ya varios años desempeñando ese servicio; había creado grupos itinerantes de catequista que iban a las parroquias a dar cursos, otro grupo redactaba junto con él numerosos folletos, se editaba el SEDEQUITO, folleto para guiar las reuniones de catequistas que luego lo llevaban a las parroquias y se replicaban las catequesis. Los folletos se elaboraban en un mimeógrafo y había que “picar” el esténcil, después llegó la modernidad con el esténcil electrónico para dar mejor calidad a la impresión; ese había que ir a “quemarlo”. Los compañeros más antiguos y diestros enseñaban a los novatos a imprimir, doblar las hojas y engraparlos. Eran noches y madrugadas intensas para elaborar el SEDEQUITO, pues a veces los escritores se retrasaban en la entrega de sus textos y al iniciar el día teníamos las reuniones de catequesis en el auditorio del Seminario diocesano.

A la llegada de Mons. Mario de Gasperín Gasperín a nuestra Diócesis el 5 de mayo de 1989 muchas cosas se dinamizaron, entre otras, empezó a crear parroquias nuevas frente a la necesidad de una ciudad creciente. Así que el 19 de octubre, era jueves lo recuerdo, de ese mismo año de su llegada, erigió la Parroquia de El Cristo de las Bienaventuranzas, en la Colonia Menchaca y nombró como primer párroco al Padre Fidencio López Plaza. La Misa de toma de posesión del nuevo párroco fue a las 19:00 hrs., me parece. Del grupo de seminaristas que colaborábamos con él en el SEDEC, invitó a tres a ir con él a la parroquia los fines de semana para colaborar en el apostolado. La nueva Parroquia se formó con parte del territorio parroquial que perteneció a la Parroquia del Señor de la Piedad, que presidía como Párroco el Señor Cura Gonzalo Zarazúa, que de Dios goce. No había casa parroquial, se estaba construyendo un pequeño departamento anexo al templo parroquial. La labor del Padre Fide en la parroquia fue muy bendecida por Dios, pues crecieron muchas comunidades, él compuso muchos cantos que hoy se cantan dentro y fuera de la parroquia; surgieron muchos grupos de jóvenes y en ese ambiente violento que se vivía brilló fuertemente un ambiente de paz poco a poco.
Por eso es significativo que este 19 de octubre de 2020, después de su experiencia de cinco años y cinco meses como Obispo de San Andrés Tuxtla, Ver; regrese en la misma fecha pero 31 años después para hacer su profesión de fe y su juramento de fidelidad como parte de la toma de posesión como el X Obispo de la Diócesis de Querétaro. El Señor Obispo Mario de Gasperín que le dio el nombramiento de Párroco hace 31 años ahora le entrega la Diócesis después de haber ejercido el oficio de Administrador Diocesano.
Hoy es tiempo de esperanza en medio de esta pandemia, tiempo de reconciliación y oración, de alegría, pues “necesitamos sabiduría para recibir y crear relatos bellos, verdaderos y buenos”. ¡Bendito el que viene en nombre del Señor!
Pbro. Filiberto Cruz Reyes
19 de octubre de 2020
Mientras estaba la Misa en Catedral de toma de posesión, una mujer daba a luz y se debatía entre la vida y la muerte; la madre ahora está saludable, su niña nació bien, y hoy lleva por nombre Victoria. Felicidades a Mons. Fidencio y a Victoria.
Demos gracias a Dios por el don de nuestro X Obispo: Mons. Fidencio López Plaza.
Pbro. Filiberto Cruz Reyes
Santiago de Querétaro, 19 de octubre de 2024