Pbro. Mtro. Filiberto Cruz Reyes
Era el 12 de septiembre de 2020 cuando la Sala de Prensa de la Santa Sede publicó en su Boletín un nombramiento que decía:
Nombramiento del Obispo de Querétaro (México)
El Santo Padre ha nombrado Obispo de Querétaro (México) a S. E. Mons. Fidencio López Plaza, hasta ahora Obispo de San Andrés Tuxtla.
Después agregaba su Curriculum vitae.
Mons. Fidencio había sido consagrado Obispo el día 2º de mayo de 2015 y previamente nombrado Obispo de San Andrés Tuxtla el 2 de marzo del mismo año; ese día es aniversario de la fundación de Nuestro Seminario Diocesano.

Aún se sentía el ambiente enrarecido por la pandemia del Covid cuando el 19 de octubre de 2020 por la tarde, en la Catedral de Querétaro a puerta cerrada por las medidas sanitarias, con invitados representantes de cada Parroquia y demás personalidades, se celebró la Misa de Toma de Posesión. Don Mario de Gasperín VIII Obispo de Querétaro, en la misma fecha pero de 1989 había creado la Parroquia del Cristo de las Bienaventuranzas en la Colonia Menchaca y lo había nombrado el primer párroco, ahora le estaba entregando la Catedral en calidad de Administrador Diocesano que había sido, para que Don Fidencio sirviera al pueblo de Dios como su X Obispo de Querétaro. Era una situación extraña por las circunstancias de la sana distancia, mientras tanto toda la Diócesis estaba llena de alegría al ver regresar a uno de sus hijos ahora como su Obispo Diocesano; ese aislamiento del momento se transformaría en cercanía de su Obispo. Habían pasado unos cinco años desde que él había partido a la misión a tierras veracruzanas, la ciudad había crecido, había nuevos sacerdotes, pero él conocía perfectamente la geografía queretana y guanajuatense que conforma la Diócesis de Querétaro, también conocía al clero. Esto contribuyó a que iniciara su ministerio con una adaptación rápida; a la mayoría los confirmó en sus oficios y bajo su lema episcopal de “Lo que no es asumido no es redimido” dio inicio a un arduo trabajo lleno de esperanza, de una Iglesia que sale a las periferias geográficas y existenciales, como tanto nos insistió el Papa Francisco, hoy de feliz memoria.
Ha trabajado en sintonía con la Iglesia Universal en fortalecer la Sinodalidad en la Diócesis, dando vida a los diversos Consejos y demás estructuras de comunión; ha consolidado el proyecto denominado “Caminamos de Guadalupe al Redentor 2022-2033” y el “Proyecto Global de Pastoral” de los Obispos de México; creó las Jornadas por la paz; en septiembre de 2021 inició su Visita Pastoral a todas las parroquias de la Diócesis y sus comunidades, misma que ahora ya terminó y en la cual hemos sentido su cercanía y observaciones de padre de modo constante y oportuno.
Nos ha marcado el rumbo del caminar con su tres Cartas pastorales:
- Primera Carta Pastoral: Ante las crisis y pandemias de ayer, hoy y siempre “El mejor servicio al hermano es la evangelización” (preentada el 7 de febrero de 2022).
- Segunda Carta Pastoral: “Llamó a los que él quiso para estar con Él y evangelizar” (Cfr. Mc 3, 13-14) Hacia una estructura de la pastoral diocesana más sinodal y en salida misionera (presentada el 5 de febrero de 2024).
- Tercera Carta Pastoral: “La conversión sinodal. Corazón, manos y pies del plan diocesano de pastoral”. (presentada 16 de abril de 2025).
También nos ha entregado el “Plan Diocesano de Pastoral en su V Etapa 2025-2033”. Atento al crecimiento de la población en la Ciudad Capital y de la Diócesis en general ha creado nuevas parroquias, siendo la última el pasado jueves 27 de Abril: Parroquia Peregrinos de Emaús, en la Colonia La Peña, al norponiente de la ciudad episcopal.
El 21 de marzo en reunión de Consejo Presbiteral nos decía: la próxima reunión será en el mes de mayo, para entonces habré presentado mi renuncia y la situación quedará en manos del Santo Padre; el trabajo y la agenda del Obispo continúan abiertos. Como dice el Papa Francisco, hay que abrazar el futuro con esperanza.
Gracias Señor Obispo por su cercanía y sencilles, por su palabra sabia y profunda; porque nos propicia una Diócesis unida y fraterna, solidaria, comprometida y en espíritu de comunión; que el Señor Resucitado le conceda larga vida y su presencia constante entre nosotros.
Santiago de Querétaro, 28 de abril de 2025
Año del Jubileo de la Esperanza